Rue Versailles, Lady Rosa, 49

Lápices de papel y viejas ceras pastel. Hormigueo en el talón cada vez que te acercas sigilosamente por detrás. Besos en la nuca, susurros entre dientes, aroma a polvo y viejos muebles de roble.

Eres tú, tú y tu insistente buen humor, el que hace que mi cabeza se aleje poco a poco de mi verdadera realidad.

Por la ventana asoma el día, casi va a caer la media tarde. Yo rodeada de mil láminas de papel caballo intento dibujar tu rostro con mis dedos. El viejo terrazo es una explosión de colores entre junta y junta. Esta frío y el contacto con mi piel desnuda hace que esboces una pequeña sonrisa mordiéndote el labio inferior.

A mí me entra la prisa por besarte. Todo es perfecto, tus labios, aquella habitación, la música...

Inspiro profundamente, hay una mezcla de almizcle y aire fresco en el ambiente. No quiero volver a casa, te digo. Besas mi frente apartando un mechón de pelo de mi cara y respondes a mis suplicas con un buen beso.

Me miras profundamente a los ojos y humedeciendote los labios te oigo decir:

- Estoy aquí ¿Recuerdas? 

Esto es cierto y no dejaré que nada ni nadie te vuelva a hacer daño.

- Gracias amor.